Con mucho dolor comunicamos el fallecimiento en el día de ayer del Apóstata Ingeniero Guillermo Gómez.
Guillermo, además de pertenecer a la primera promoción de ingenieros químicos de nuestra facultad, tuvo un rol fundamental en su construcción. Fue uno de los co-creadores de la carrera de Ingeniería en Alimentos, director del departamento de Ingeniería Química y en Alimentos y docente en diversas materias. Tecnología de la energía, Máquinas Térmicas y Eléctricas, Fundamentos de Ingeniería Química, Fisicoquímica, Industrias Químicas, Introducción al Desempeño Profesional, Seminario de Comunicación Eficaz, entre otras.
Creó Técnicas de Creatividad Aplicada, materia que impulsó y defendió incluso como jubilado en su cargo de Profesor Libre.
Con amplia experiencia y trayectoria en la industria marplatense y una inteligencia siempre inquieta, promovió el pensamiento ingenieril, la comunicación eficaz y buscó incansablemente mejorar los planes de estudio de las carreras de ingeniería.
Su interés por el desarrollo sostenible, la integración del conocimiento y el trabajo multidisciplinario lo llevó a generar lazos con distintos organismos de la ciudad y la región (cooperativas, talleres protegidos, ONGs, entre otros) articulando el trabajo conjunto de estudiantes y personal de la facultad con trabajadores de distintos emprendimientos en un circuito de retroalimentación, aprendizaje constante y dignificación de la profesión.
Su militancia permanente del optimismo contagió a diario a quienes trabajamos y aprendimos con él, haciéndonos compartir sus ganas de cambiar el mundo y su convicción inquebrantable de que uno más igualitario y justo es posible.
Sobrevivió física e ideológicamente al terrorismo de Estado en la última dictadura cívico militar. Nunca dejó de aprender cosas nuevas, ni de enseñar, ni de embarcarse en proyectos impensados. Robó una manzana del árbol de la puerta de la facultad para plantar un retoño del árbol de Newton y festejar algún día una navidad pagana en honor a la ciencia. Tomó mucho mate con nosotros, algunos vinos y, a la fuerza, varias cervezas.
Vamos a extrañar su rebeldía, su pensamiento crítico y su juventud.
Acompañamos a su familia y amigos en este momento de dolor.
Hasta siempre, Guillermo.
¡Salud y R S!