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Los detectores modernos miden muchas propiedades
de las numerosas partículas que emergen
de las colisiones de alta energía.
A menudo las partículas viven demasiado poco tiempo
como para ser detectadas, de modo que debe deducirse su
existencia a partir de los productos resultantes del decaimiento.
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Para encontrar varias de esas partículas y los productos de
su decaimiento, los físicos diseñan detectores con
muchos componentes. Los diferentes componentes miden
energías, ímpetus y cargas de diferentes
clases de partículas.
Cuando todos estos componentes trabajan en equipo para
detectar un evento, es posible aislar de entre la multitud
las partículas individuales para su análisis.
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