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Gustavo Bacino gustavo en fi.mdp.edu.ar
Mar Dic 18 16:23:12 ART 2012


Deseo compartir con ustedes el siguiente mensaje publicado en la página 
del Encuentro Nacional de Curas en la Opción Preferencial por los Pobres 
(http://www.curasopp.com.ar/) y bien saben, los que me conocen que no 
soy cristiano, ni religioso, ni nada que se le parezca.
Felicidades a todos y a todas!!

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A nuestras comunidades y la sociedad con motivo de la próxima Navidad

  La Navidad que llega es fiesta de un Dios que se vuelve cercano, y que 
muestra en esa cercanía la divinidad que se hace humana, la omnipotencia 
que elige el camino de la debilidad, la fortaleza que elige mostrarse en 
la fragilidad.

Este niño que nos revela la ternura de Dios, nace en tiempos de 
violencia, imperialismo y corrupción. Y en la novedad del pesebre, los 
pañales y el canto de los pobres nos muestra que para Dios hay otro 
mundo posible. Ese Dios que se hace ser humano, es proclamado por el 
canto de la Virgen María (Lc 1, 46-55).

  El Dios de Jesús, el Dios de la Virgen, es un Dios que “derribó a los 
poderosos de sus tronos y despidió a los ricos con las manos vacías”

  Este Dios no está con los gobiernos y poderosos de la violencia; no 
está con los que eligen la muerte, la desaparición de niños inocentes y 
la mentira; no está con las autoridades eclesiásticas, cómplices de los 
poderes de turno, que eligen ignorar las promesas de Dios y prefieren no 
acercarse a la pobreza del pesebre, hablando y pontificando desde 
palacios y templos; no está con los imperios que amenazan al Niño del 
Pesebre que ya desde su pequeñez empieza a mostrar el conflicto que con 
Él se desata, y su compromiso ineludible y patente por las víctimas de 
la historia.

El Dios de Jesús, el Dios de la Virgen, es un Dios que “miró con bondad 
a los pequeños, y elevó a los humildes”

Y ante esta fiesta de la pequeñez y la infancia, la fragilidad y la 
pobreza, no podemos menos que cantar con alegría -como lo hizo la madre 
de Jesús- que celebramos la grandeza de Dios que miró la pequeñez de sus 
amigos. Y que si el mundo de la injusticia, el amor al dinero y la 
indiferencia con los últimos proclama bienaventurados a los poderosos, 
los cristianos anunciamos que para Dios, los bienaventurados son los 
pobres y los pequeños. Que la misericordia de Dios llega a sus 
preferidos, a lo largo de todos los tiempos cuando otros hijos de Dios 
se comprometen a que cambie su suerte de hambre y pobreza. Y así, en la 
solidaridad de los hermanos, Dios despliega la fuerza amorosa de su 
brazo.

Es en está comunión donde quedan desautorizados los poderosos, los que 
desprecian a los pobres y sus votos, los que quieren manipular sus 
mentes y anunciar sólo "malas noticias". Tenemos memoria y recordamos 
que hubo tiempos cercanos en que todo era "al revés" y unos muy pocos 
cantaban que "el dios Mercado derribó de sus puestos... a los humildes y 
exaltó más todavía a los poderosos".

Hoy sabemos, porque lo hemos visto en nuestras comunidades, que las 
cosas son distintas y lo celebramos.

Hoy, con la Virgen María cantamos porque hay buenas noticias para 
cantar:

•   Vemos en los hechos una mayor distribución del ingreso. La 
participación de los asalariados creció del 34% al 44% del PBI.

•   Vemos en nuestros barrios y pueblos menos gente ociosa porque se 
crearon 5 millones de puestos de trabajo.

•   Nos alienta a seguir acompañando a nuestros abuelos, a  quienes 
Caritas siempre acudió en su ayuda, y que ahora tienen acceso a una 
jubilación que despreciables políticas de ajuste les negaron cuando se 
les comió el legítimo derecho a trabajar y gozar de la vejez con 
cobertura social. Ahora pueden porque se abrió el acceso a los excluidos 
del sistema o que no habían aportado lo suficiente para jubilarse. Se 
incorporaron 2,4 millones de personas que no tenían los aportes 
suficientes.

•   Vemos a las familias estar más cerca de sus hijos, porque la 
"Asignación Universal por Hijo" permitió cambiar la lógica abandónica de 
un sistema que los excluía dejando a muchos de ellos en la calle para 
sobrevivir. ¡cómo no celebrar que está asignación universal cubre a 3,6 
millones de niños y jóvenes hijos de padres sin trabajo o con trabajo 
informal y a madres embarazadas!

•   Sabemos que valió la pena esperar confiados para empezar a ver a 
nuestros pequeños productores administrar solidariamente los 
microcréditos a los que tienen acceso porque el estado está cada día más 
presente en sus ámbitos cumpliendo la ley nacional de promoción del 
microcrédito (Nro 26.117) con 250.000 microcréditos otorgados para 
165.000 unidades productivas de la economía social y solidaria, para la 
adquisición de capital de trabajo en todo el país. La mayoría de sus 
beneficiarios son mujeres y menores de 35 años.

•   Constatamos en nuestras comunidades cantidades de guardapolvos 
blancos y chicos escolarizados, que confirman los datos de la Unesco , 
según los cuales la Argentina, junto con Cuba y México, son los únicos 
países de América Latina con un índice menor al 1 por ciento de no 
escolarizados, superando a EE.UU., Noruega y Finlandia, entre otros.

•   Vemos como nuestros jóvenes participan en cursos de capacitación 
radial por medio de la federación de radios comunitarias, y así se hace 
más presente el mensaje de justicia y se abren las puertas de la 
información para todos y todas; porque la vigencia plena de la anhelada 
“ley de medios” democratiza y humaniza la información, y facilita el 
desarrollo de esta herramienta comunitaria para todos y todas. 
Recientemente en Santiago del Estero, las radios comunitarias 
denunciaron y frenaron el flujo de vinaza, residuo tóxico proveniente de 
los ingenios azucareros de Tucumán que contaminan anualmente los 
corredores pluviales.

•   Vemos a los jóvenes pobres e históricamente relegados, estudiar y 
compartir en las plazas de sus pueblos con sus netbooks encontrando un 
nuevo modo de relacionarse y crecer, porque el plan  "Conectar igualdad" 
les permite salir del analfabetismo informático a cientos de miles de 
adolescentes abriéndoles nuevas puertas al conocimiento.

•   Vivimos en comunidades que, paso a paso, se van apropiando de los 
centros integradores comunitarios (CIC) de cada pueblo y los habitan con 
sus actividades propias: salud en manos de la comunidad capitalizando la 
sabiduría popular, etc., allí donde muy pocos pueblos tenían un lugar de 
encuentro para todos.

•  Celebramos  las viviendas populares, la erradicación de ranchos y 
-para la clase media- el Plan Federal en todo el País, la consiguiente 
generación de empleo y una mayor infraestructura en nuestras comunidades 
rurales.

•  Vemos en hechos concretos que en Educación, se concretaron 
innumerables posibilidades para la culminación del Primario y del 
Secundario: becas estudiantiles, tutorías, metodologías innovadoras y 
populares, las casi mil Escuelas del Bicentenario, Jardines de Infantes, 
computadoras, materiales didácticos, capacitaciones y las paritarias 
docentes que dan reconocimiento a los y las trabajadoras de la 
educación.

•  Somos testigos de la asistencia y promoción de la familia rural, 
promoviendo el protagonismo del pequeño y mediano productor con 
capacitaciones, trabajos en redes con otras organizaciones de la 
sociedad civil, la electrificación rural, construcción de aljibes, pozos 
de balde, represas, viviendas, entrega de semillas para forrajes, etc. y 
la indispensable presencia del Estado en zonas donde nunca antes se 
había llegado.

•   Se va recuperando el sentido del ciudadano como sujeto de derechos. 
El Estado ha intentado –con éxitos, fracasos y cuentas pendientes- pasar 
de ser sólo benefactor o asistencialista a ser un Estado que promueve y 
garantiza los derechos para vivir una democracia más igualitaria. Se ha 
recuperado la participación, la organización, el sentido de lo político 
promoviendo nuevos actores y dirigentes, celebrando especialmente la 
participación de miles de jóvenes. Somos conscientes que estos signos de 
crecimiento coexisten con la vieja política pero se van dando pasos.

Hay todavía mucho por hacer, en especial en el terreno de la 
desigualdad en la distribución del ingreso, la pobreza, la educación, el 
desarrollo humano con justicia, la protección del derecho a la tierra de 
nuestros  pueblos originarios y de nuestros campesinos, genuinos 
poseedores; el daño que causan los agrotóxicos, la industria sojera que 
desmonta; la regulación de la actividad minera, o petrolera que daña el 
ambiente que es de todos.

Pero eso no significa que no haya buenas noticias para los pobres.

Y lo cantamos en la Navidad porque creemos que Jesús sigue naciendo en 
esos niños, madres, ancianos, campesinos, pobres, y desocupados...

Y lo cantamos porque sabemos que Dios está indisimuladamente de su 
lado, y no del lado de los que desprecian, o invisibilizan a los pobres, 
sus luchas y sus causas hablando de "dictadura con votos", de "voto 
calificado", o de cualquier otra actitud que ignore o rechace -con las 
palabras, con políticas o desde los medios de comunicación- a los 
preferidos de Jesús.

Porque una vez más en la Navidad los pobres pueden cantar "que Jesús es 
como yo", y así "seguir viviendo", sabiendo que Dios colma de bienes a 
los hambrientos y despide a los ricos con las manos vacías y así se 
acordó de su misericordia según su promesa en favor de sus hijos para 
siempre.

Junto a los pobres, junto a Jesús, queremos desear a todas y todos una 
Feliz Navidad.

Secretariado Nacional del Grupo de Curas en la Opción por los pobres.

-- 
Ing. Gustavo Bacino


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